Anotaciones Negras

Anotaciones negras es un espacio para la reflexión y el análisis de temas culturales. Se enfatiza la controversia y la crítica.

Manifestaciones Religiosas

Después de una Semana Santa divertidísima, llena de procesiones y celebraciones religiosas, me asaltaron algunas dudas e ideas hacia lo que significa una procesión.

Ese carácter divino, casi místico de la procesión, donde la gente se reúne para andar conjuntamente (cantando o estando en silencio), me recordaba demasiado a otro momento en el cual, me parece, se impone la misma lógica.

Paremos un momento para explicar cómo se comporta y qué sentido tiene una procesión:

procesion-de-semana-santa

De entrada, las procesiones, en Semana Santa, significan un homenaje y un reconocimiento público a Jesús, a Santos y/o a Vírgenes. Por eso, se ejecutan en ocasiones especiales. Son días señalados y marcados.

Siendo un acto público de fe, el pueblo manifiesta externa y públicamente su pasión privada (sus creencias y sus sentimientos más íntimos). Este acto es de las manifestaciones más sublimes que se pueden ejercer; donde se pide, de una manera pública, mejorar.

En este giro de lo privado a lo público, las calles se convierten en una Iglesia. Por eso, normalmente las procesiones son silenciosas, mostrando el respeto que se tiene que tener dentro de una Iglesia. Existen, también, otras en las que los cánticos son aceptados.

Por otro lado, el orden de la procesión está jerarquizado. Primero, encontramos a los estandartes i la música (ya que son los menos importantes), seguido de las imágenes y las estatuas religiosas. Luego, encontramos la luz, el camino a Cristo, a la salvación. Por último, el pueblo; imitando el camino de Jesús en la Vía Dolorosa. El orden se manifiesta de menor a mayor importancia.

Expongo una definición del Código de Derecho canónico para resaltar este carácter de una forma oficial:

‘Bajo el nombre de sagradas procesiones se da a entender las solemnes rogativas que hace el pueblo fiel, conducido por el clero, yendo ordenadamente de un lugar sagrado a otro lugar sagrado, para promover la devoción de los fieles, para conmemorar los beneficios de Dios y darle gracias por ello, o para implorar el auxilio divino‘ (canon 1290,1)

En definitiva, las procesiones, tienen un alto significado de anticipar simbólicamente el misterio último de la Iglesia. Ponen de manifiesto, mediante peregrinación, el gran misterio de la Iglesia hasta el cielo. En esencia, por tanto, estamos ante un ritual.

Dentro del carácter simbólico, este acto ayuda a la oración y a los deseos de ir a mejor.

Una vez entendido esto, ¿no encontramos muchos parecidos en las manifestaciones ciudadanas?

Manifestacion-Bilbao

Aparentemente, las manifestaciones son muestras de rebelión, desatadas de cualquier carácter religioso o divino. Las manifestaciones, se utilizan para “parar” al país, queremos gritar los derechos que queremos conseguir. Utilizamos un método que rompe con la normalidad.

Pero, si miramos el carácter místico de una manifestación, encontramos que su sentimiento de unidad, sus gritos y consignas para ir a mejor, su estructura jerarquizada (aunque sea de manera inconciente), es exactamente el mismo que en una procesión. Subyace un significado religioso.

Las manifestaciones que ejercemos en cualquier ciudad tienen un simbolismo que se puede atar fuertemente a la procesión religiosa. En ambos casos nos encontramos los mismos patrones y los mismos sentimientos. En ambos casos caminamos, en sentido de peregrinación, de un punto importante hacia otro punto importante. Por supuesto que en una manifestación no decimos que caminamos de un lugar sagrado a otro, pero el sentimiento de importancia se puede palpar en los dos actos.

No es de extrañar que podamos encontrar similitudes. El pueblo necesita actos públicos y rituales para fortalecer los lazos que unen a la sociedad. En realidad, el carácter religioso lo encontramos en muchos otros momentos. De hecho, casi cualquier acto social se podría equiparar a un acto religioso. O lo religioso a un acto social, que es lo mismo.

Luego, tenemos la estructura. Las pancartas van delante, siendo lo menos importante de la manifestación. El pueblo, detrás. El silencio no acostumbra a estar muy presente, pero los cánticos y los eslóganes están siempre ahí. (Ya he dicho que las canciones religiosas también están en determinadas procesiones) Todo acaba siendo un ritual. Algo para unir y expresar deseos de ir a mejor.

Se me podrá achacar que una manifestación tiene más sentido que una procesión. En la primera pedimos algo y, después, vemos que el gobierno lo concede. ¿O no?

No todas las demandas son concedidas. Me acuerdo de ese “No a la Guerra” y de su inutilidad como tal (podría citar más, pero todo el mundo tendrá infinidad de ejemplos). Aún así, interiormente, nos parece que tienen más sentido que las procesiones, ¿verdad? Podríamos preguntar a los religiosos qué sentido tiene reclamar algo a un Dios. Veríamos cómo también existen personas que dirán que sí funciona. No siempre, pero en algunos casos.

¿No encontramos, aquí, el mismo sentimiento? A veces nos funciona y a veces no (tanto en unas como en otras). Entonces, de lo que se trata en estos actos, es de tener esperanza. ¡Esto es lo principal! La esperanza es el principal motivo para decir que sí que funcionan.

Unos y otros están sintiendo lo mismo. Este homenaje, este acto público, este reconocimiento público (hacia algo o alguien) está siempre presente.

Lo importante, en realidad, no es si se consigue aquello o todo aquello que se pide. Lo importante, en las manifestaciones públicas, es el carácter religioso (la esperanza). Esa fe que tenemos, todos dentro de nosotros, de que el mundo va a cambiar. Ese sentimiento nos mueve a salir y gritar a los cuatro vientos (cada uno a su manera).

Las procesiones y las manifestaciones mantienen su estructura interna. Los dos actos mantienen su significado. En el fondo, tienen el mismo sentido. Las personas necesitan sentirse con otras personas que tengan su misma visión del mundo. Y es en las calles donde se da ese sentimiento. No importa si se llama religioso o no. En el fondo, responden a la misma estructura: unidad y esperanza.

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Esta entrada fue publicada el 7 abril, 2015 por en Sin categoría.